A veces surgen pensamientos agradables,
otras veces pensamientos desagradables,
pero a menudo lo que consideramos como
bueno parece convertirse en malo, y viceversa.
A veces surge el desprecio, otras la admiración,
a veces la culpabilidad, otras la complacencia;
mejor dejarlos tal cual están.
Surgen y después desaparecen
suben y bajan sin esfuerzo, como el mar.
¿Porqué atarse a ellos, sin son insustanciales?
¿Porqué rechazarlos y negarse a ellos?
Esto es tomarlos en serio.
Realizar las tareas con total tranquilidad,
descansar sin inquietud.
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