Maestro y discípulo, ¿dónde está el límite?
¿Acaso un maestro no puede aprender de un discípulo?
¿Acaso un discípulo no puede darle una lección a su maestro?
Si buscara un maestro, éste debería ser solitario,
escueto, imprevisible, sin justificaciones, sin explicaciones,
sin algo que enseñar, sin algo que ocultar o demostrar,
y sobre todo que no se considerara un maestro, en ningún sentido.
Ni bondadoso ni malicioso, sin pretensiones, sin aspiraciones de algún tipo.
Sólo a semejante persona la aceptaría como maestro o maestra,
¿pero aceptaría semejante persona a alguien como discípulo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario