jueves, 20 de septiembre de 2012

Un buda

En Tokyo, durante la era Meiji, vivían dos prominentes maestros de caracteres opuestos. Uno de ellos, Unsho, instructor de Shingon (1), seguía los preceptos del Buda escrupulosamente. No probaba jamás bebidas alcohólicas, ni ingería alimento alguno a partir de las once de la mañana (2). Por el contrario, Tanzan, el otro maestro, profesor de filosofía en la Universidad Imperial, no respetaba nunca los preceptos. Comía cuando tenía hambre, y si le entraba sueño dormía durante el día.
Unsho decidió ir a visitar a Tanzan. Lo encontró bebiendo alegremente vino, del que se supone que ni una sola gota debe tomar la lengua de un budista.
"¡Hola, hermano!", le saludó Tanzan. "¿No quieres un trago?".
"¡Nunca bebo!", exclamó Unsho solemnemente.
"Alguien que no bebe no es siquiera humano", declaró Tanzan.
"¿Quieres decir que me consideras inhumano simplemente porque no consiento en beber líquidos embriagantes?", exclamó Unsho, irritado. "Si no soy humano, ¿qué soy entonces?".
"Un Buda", respondió Tanzan.
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(1) - Secta mística y ritualista del budismo que precedió en cuatro siglos a la aparición del Zen en el Japón.
(2) - Tal como hacían los monjes hindúes, que comían una sola vez al día. Si bien esta costumbre no persistió en la China y el Japón, debido al rigor de su clima, siempre quedaron algunos fanáticos que siguieron adaptados al modelo de la India.
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Carne de Zen - Huesos de Zen
Editorial Swan (Madrid, 1979)

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Sentado o dormido, un buda sigue siendo un buda