sábado, 26 de mayo de 2012

El sabio deja fluir las "buenas acciones" que surgen natural y espontáneamente de su persona, pero no adopta la artificiosa ética de realizar buenas acciones.

2 comentarios:

  1. El peligro al realizar buenas acciones está en proyectar sobre el otro nuestras convicciones de lo que es bueno y lo que no lo es. Siempre es más efectivo atender (o no) la demanda del otro según su propio criterio.

    ResponderEliminar
  2. Así es, Tao-ré. Y quizá también lo feo de este asunto esté en sentirte moralmente obligado o presionado a hacerlas, porque "es lo que hay que hacer". ¿Cuantas veces nos obligamos a hacer esto o lo otro por los demás sin tener en cuenta si realmente es sincero con lo que sentimos?

    ResponderEliminar


Sentado o dormido, un buda sigue siendo un buda