viernes, 27 de julio de 2012

Subí a remover la salsa de habas a la terraza, y encontré un muro de nubes de infinidad grises sobre mi cabeza... Los truenos y el viento se fundían en un rugido profundo, ininterrumpido, oscilante y terrible. Parecía que el cielo se fuese a desquebrajar. Lluvia y relámpagos, echaba de menos vuestros sonidos. La tierra, los árboles, las plantas, los animales, las piedras, y yo, agradecemos vuestra visita.

3 comentarios:

  1. ¡Llueve, llueve, llueve, llueve, llueve!

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  2. Es el llanto del cielo por la pérdida de tanto bosque a manos de desaprensivos pirómanos.

    Lágrimas, lágrimas, lágrimas…

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  3. Pues ya podría haber llorado a tiempo para apagar las llamas...

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Sentado o dormido, un buda sigue siendo un buda